Descripción
Uno de los sistemas más clásicos para intentar que los niños pequeños se coman toda la comida es convertir la cuchara en un avión imaginario, haciendo con la boca los ruidos típicos de un cuatrimotor dando vueltas al aeropuerto esperando que le asignen pista desde la torre de control. Un sistema eficiente pero francamente mejorable: solo hay que cambiar la cucharilla tradicional por este precioso avión de madera de gran calidad. Ningún niño podrá resistirse a este tipo de magia.